miércoles, 14 de mayo de 2008

ENSAYO



SOCIEDAD DESECHABLE

En Santiago de Cali se ha venido desarrollando una concientización cultural con el fin de recuperar a esta ciudad como modelo para las demás en Colombia, llevada de la mano con la globalización que los países capitalistas tanto anhelan para su sociedad. Para lo cual se han desarrollado numerosos proyectos en los últimos años como por ejemplo, las construcciones de centros comerciales. Este movimiento está vinculado directamente con el consumo de bienes y servicios, lo que ha llevado a la adhesión de nuevos productos a la canasta familiar, también al incremento de lujos hechos necesidades, por eso desde artículos para el aseo hasta accesorios de entretenimiento, están casi todos enfocados hacia los jóvenes, con grandes avalanchas publicitarias que trabajan el subconsciente de ellos influyéndolos para adquirir cada día nuevos productos supuestamente necesarios para nuestra vida diaria. El poder adquisitivo de los jóvenes y el fácil acceso a bienes de lujo impulsa el aumento de la construcción de centros comerciales en Cali.
Al buscar reconocimiento social desde la apariencia, los jóvenes encuentran en las imágenes estereotipadas de personajes famosos que aparecen en la publicidad, la televisión y el cine, una supuesta felicidad en nuestra sociedad. En los centros comerciales, los jóvenes pueden encontrar los productos con los cuales logran parecerse a sus ídolos. Las diferentes boutiques que están inmersas en los centros comerciales, buscan en personas famosas, símbolos de la juventud dependiendo sus necesidades, volviéndolos su emblema, para así poder tener un distintivo ante las demás, lo que lleva a los adolecentes ha adquirir una identificación directa con esa estrella representada en la marca. Por lo cual todas sus expectativas se enfocan en comprar determinado producto para estar en una moda impuesta por su personaje favorito del espectáculo, desarrollando una mayor demanda de está y aumentando lógicamente los índices de venta.

Paris Hilton obtuvo por aparecer en películas, televisión, anuncios y en el modelaje de acuerdo con el Forbes Magazine del 2003-2004,US $2.000.000 por sus variados papeles en la televisión y el cine. Pero del 2004-2005 obtuvo adicionalmente US$ 6.500.000[] por salir en televisión, cine, modelar y también por aparecer en algunos eventos. En el 2005-2006 Paris ganó unos US$ 7 millones de dólares por sus películas, perfumes, su disco y modelaje. Lo que la lleva a representar su propia marca, haciendo que las jóvenes no solo de Santiago de Cali, sino de todo el mundo se sientan identificadas con ella al adquirir sus productos.

Las grandes compañías, con su publicidad subliminal dirigida a los jóvenes, influyen en el deseo de adquisición de productos a un ritmo nunca antes visto. En los centros comerciales las promociones y ofertas aumentan en cada temporada. Los diferentes ofrecimientos en los almacenes están enfocados a los sentimientos, pensamientos y deseos de los jóvenes con el fin de persuadirlos al comprar un producto, creándoles una sensación de necesidad hacia él; además se usan cantidades de estrategias publicitarias según la fecha en la que se encuentre. El día del amor y la amistad, el de la madre, el de la mujer, la feria de Cali, navidad, los días de pago, entre otras festividades, son sinónimo de venta para ellos, es ahí donde entran las supuestas promociones, que son los mismos artículos, pero jugando con el deseo del comprador hacen de él una ganga. Por ejemplo para semana santa en los almacenes de Armonía y Leonisa, las ventas de vestidos de baño se incrementan un 30% con relación a los otros meses, esto solo es superado en Julio y Diciembre, también en el mes de la navidad la mayoría de los almacenes de ropa, zapatos, accesorios y de diversos productos que se encuentran en los principales centros comerciales de Cali, aumentan su producción y venta en un 40%, según estudios de mercadeo realizados en la ciudad, es decir que cada temporada importante dentro de la sociedad está relacionada directamente con el marketing.

La mayoría de empresas enfocan su publicidad al sexo, lo que es imposible de ignorar por los jóvenes, relegando el cuerpo de la mujer y el hombre a simplemente objetos de venta. Los centros comerciales son sitios de encuentro y diversión. En estos lugares se encuentra la moda de vanguardia a seguir por cada uno, allí se describe como debemos comportarnos, hablar y que se debe hacer para ser aceptados en la sociedad. Muchos de los jóvenes buscan una identidad, que en este tiempo según los medios de comunicación solo la puede dar el entorno; las compañías saben esto, también que el cuerpo humano es visto con impureza, con lujuria, que siempre lo prohibido será lo más llamativo. Lo que lleva a que las propagandas de los productos dirigidos a los jóvenes sean actuadas por alguien famoso, por una mujer exuberante o un hombre atractivo, según el prototipo de belleza preestablecido, las propagandas en un 75% están basadas en la atracción del hombre por una mujer o viceversa, está en un 40% la muestran semidesnuda y haciendo posiciones provocadoras para el ojo del televidente, por ultimo terminan con un hombre apuesto, o una mujer hermosa, según la estrategia por adquirir el producto. Hay otras formas de hacer publicidad, pero a diario vemos como más que todo la mujer es desvalorizada, tornándose un objeto de venta, llegando al extremo de que para vender el productos tengan que primero vender a la mujer.
Sin embargo, los nuevos proyectos como lo son los centros comerciales, son realizados con el fin de darle un desarrollo importante a la ciudad en el sentido económico, ya que muchas industrias dependen de estos lugares como fuente de ingreso, lo que lleva a que factores como lo económico, turístico, recreativo, entre otros, giren a su alrededor. Por otro lado se vuelve necesario para los jóvenes un modelo de vida con el cual se identifiquen, involucrando directamente estos sitios de encuentro, puesto que son el punto partida dentro de nuestra cultura capitalista, siendo estos la cuna del consumo material, no obstante el incremento de la construcción de estos en la ciudad, tiene que ver con crear un importante impacto social, ayudando a la comunidad en general, originando nuevas oportunidades. Es decir, que somos consumistas por naturaleza y vivimos en un mundo como tal, pero que estamos tan inmersos en él, que en muchas ocasiones dependemos de él y de su desarrollo en nuestra sociedad.

El problema no es que construyan centros comerciales o que los amplíen, es decir, el punto no es que no debamos consumir bienes y servicios, sino que lo realicemos éticamente, introduciendo valores como una variante importante a la hora de comprar o de optar por determinado producto. Que no haya una influencia directa e indirecta de los medios de comunicación o de nuestro entorno social, que nuestros gustos sean propios y no el propósito de seguir un modismo. Los centros comerciales pueden llegar a ser lugares de esparcimiento, pero que no se conviertan en nuestra propia cárcel, donde no nos obligan a entrar sino que ingresamos por voluntad propia, no seamos esclavos, ni marionetas de la publicidad. Lo importante no es dejar de adquirir productos, lo importante es reflexionar, en torno al consumo, lo que consumimos y nuestras motivaciones para hacerlo, hecho que nos permitirá elegir en congruencia con nuestros intereses, deseos y posibilidades.